Prevenir la desertificación y la sequía: uno de los grandes retos del S.XXI

Una de las grandes problemáticas a la que nos enfrentamos en la actualidad es combatir la pérdida de la biodiversidad, la falta de agua y el calentamiento global. Por ello, el 17 de junio se celebra el Día Mundial de la Lucha contra la Desertificación y la Sequía, con el objetivo de concienciar sobre aquellas iniciativas que se pueden llevar a cabo para mantener la biosfera y promover el uso sostenible de los ecosistemas para, así, frenar la pérdida de diversidad biológica.

¿Qué es la desertificación?

Antes de plantearnos posibles soluciones, es fundamental entender qué es la desertificación y cómo nos afecta.

La desertificación se produce por la desaparición de la cubierta vegetal que mantiene la capa fértil del suelo. Pero, ¿cómo se produce la pérdida de los ecosistemas? Hay muchos factores que conducen a ello, entre los más relevantes encontramos la tala de árboles para usarlos como combustible, madera o para generar tierras para cultivos. La ganadería y agricultura extensivas también representan un gran problema, ya que impiden que la flora se regenere y, además, agotan los nutrientes de la tierra. Todo esto acaba degradando el suelo, que termina por convertirse en desierto.

Este fenómeno no es repentino, lo que puede llevar a muchos a pensar que no es un problema que nos afecte directamente o que no llegaremos a sufrir sus consecuencias. Sin embargo, la desertificación es un problema a nivel global, que avanza lento pero imparable y cuyos resultados, si no actuamos a tiempo, serán aún más catastróficos.

El impacto de la desertificación en cifras

Para comprender la magnitud de la desertificación, veamos algunos datos:

  • El 80% de la dieta del ser humano depende de las plantas.
  • Cada minuto se pierden 23 hectáreas de tierra cultivable.
  • En 2030, serán necesarias 300 millones de hectáreas adicionales para producir los alimentos necesarios para la población.
  • En 2025, 1800 millones de personas vivirán una escasez de agua absoluta.
  • Para 2045, 135 millones de personas se verán abocadas a desplazarse de los lugares que habitan como consecuencia de la desertificación.
  • El 74% del territorio español se encuentra en riesgo de desertificación y un 20% está en riesgo de convertirse irremediablemente en desierto.

¡Pasa a la acción!

Aunque el panorama no parece muy esperanzador, hemos de recordar que estamos a tiempo de frenar la desertificación y la sequía. Unidos, y a través de pequeños cambios, podemos contribuir a proteger los recursos naturales de la Tierra y, así, salvar la biodiversidad y la vida en nuestro planeta. Veamos qué acciones podemos llevar a cabo para minimizar nuestro impacto sobre los recursos naturales:

Consume productos locales y de temporada

Requieren menos consumo de agua y su impacto en el medio ambiente es menor.

Usa el agua de forma responsable

Ducharse en lugar de darse un baño, no dejar el grifo abierto, o lavar las frutas y verduras en un bol con agua en lugar de bajo el grifo, son pequeños gestos que nos ayudan a ahorrar agua en nuestro día a día.

No hagas barbacoas ni hogueras en aquellos lugares en los que no estén permitidos

En aquellos sitios en los que sí se pueda, recuerda extremar las precauciones para no ocasionar un incendio y seguir la normativa vigente.

No arrojes basura ni desperdicios

Utiliza los contenedores disponibles a tal efecto y si te encuentras en un entorno natural en el que no hay papeleras, guarda la basura hasta que puedas deshacerte de ella correctamente.

Busca actividades de voluntariado dirigidas a la reforestación y restauración del medio natural en tu localidad

Recuerda, cada pequeño cambio que hagamos, cuenta. ¡Hagamos las paces con la naturaleza!

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